Entre mis hobbies está la lectura, y si un libro me agrada demasiado llego a leerlo varias veces. Una de esas obras es el Libro de las Tierras Vírgenes, de Rudyard Kipling…. más conocido como “El Libro de la Selva”, en el cual se enmarca el desarrollo de los Lobatos. O debería enmarcarse, tal como lo pensó B-P. Considerando esto, el Libro de las Tierras Vírgenes debería ser de lectura obligatoria para todo dirigente de manada, pero creo que un buen porcentaje no lo ha abierto jamás, y con las justas se basan en los personajes de la famosa película de Disney – que en verdad tergiversa a los personajes y a la historia misma, para hacerla más agradable a los pequeños. (A pesar de esto, confieso que me gusta mucho la película y su banda sonora). Tal vez los dirigentes de antes eran un poco más conscientes de la mística de la Manada…. en la actualidad se ha perdido mucho de esto. Sino pregunten a sus manaderos si pueden cantar “Hermano de Lobo nací”, si pueden hacer la Danza de Baloo, o la de Kaa…. o si saben qué es la Flor Roja…. o si acaso conocen las características / habilidades que deberían tener al llamarse Baloo, Bagheera, Raksha, Kaa, Hathi, Rikki Tikki Tavi, Kaa, Wontola, etc.
Bueno. Volviendo a la obra, releída ya varias veces, se me ha quedado una frase muy hermosa: “Tú y yo somos de la misma sangre” – son las palabras mágicas que Baloo enseña a Mowgli para pronunciarlas en caso de peligro, en el idioma del pueblo respectivo (sea el de los pájaros, el de las serpientes, de los osos, etc.) estableciendo así un lazo de hermandad entre él y quienquiera que fuese su interlocutor. Esta misma frase debería ser algo latente dentro de cada Scout…. no exclusivamente para cuando estemos en peligro, pero sí para sentirnos en estrecha relación con cualquier otro Scout.
En mi caso, en el último medio año, he tenido la suerte – o la bendición – de poder “decir” (aunque sin palabras) esta frase en varias oportunidades.
Me explico:
Julio/Agosto 2011: Ya les he contado sobre mi Patrulla Fika, en el Jamboree de Suecia…. me sentí sumamente hermanada con ellos…. Birdy, Anna, Julie, Bartley, Johnny y Andy… gente tan distinta, otras lenguas, otras razas, otros credos…. y sin embargo, todos como una sola familia. Fika Patrol: Tú y yo somos de la misma sangre.
Diciembre 2011 / Enero 2012: Delegación Venezolana en nuestro Jamboree del Centenario. Cada día que pasaba, la amistad con sus jefes iba in crescendo. Ramón Mendoza, Wilmar Cárdenas, y en especial Rafael Martínez – junto con mis amigos del Hospiteam – fueron los grandes compañeros que hicieron mis noches de Jamboree más scouts, y entre risa y risa hemos terminado reflexionando sobre el Escultismo en nuestras tierras. El amor a la Flor de Lis y al proyecto de B-P, nos hizo descubrirnos hermanos. Venezuela: tú y yo somos de la misma sangre.
Enero 2012: A José Gabriel Criollo (Director de Desarrollo Institucional de la Oficina Interamericana) lo conocía por referencias de los hermanos venezolanos: cuando compartía con ellos mi opinión sobre temas de Escultismo, solían decir: “Tienes que conocer a José Gabriel! Se van a entender muy bien!”. Es así que poco después del Jamboree me llegó vía Facebook un mensaje del mismísimo José Gabriel: “… he escuchado tanto de ti en estos dias por Rafael, Wilmar y Ramon, que ya siento que te conozco… y cualquiera que les dispensa las atenciones que tú tuviste para con ellos, se vuelve merecedor de las mías”. La oportunidad de vernos en persona se dio unas semanas más tarde. Estuvimos reunidos un par de horas, siempre hablando de temas Scouts…. y aunque no siempre coincidimos, igual sentí esto: José Gabriel, tú y yo somos de la misma sangre.
22 de Febrero 2012. El Día de la Buena Acción, o Dia del Fundador…. o Día del Pensamiento (así lo conocí desde que era alita). Este año coincidió con el Miércoles de Ceniza, inicio del tiempo de Cuaresma para todos los cristianos del mundo. Así que, como tal, fui a misa. Aproveché que mi hija estaba en su taller de música, para escaparme un ratito a la cercana parroquia Santa Rita de Casia (a la que he ido con las justas una vez para un matrimonio). Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que la persona que se sentó delante de mí tenía una pañoleta que decía “Guías Scouts”. Era una Guiadora.
Bueno. En el momento de darnos la paz, ella se volteó para extenderme la mano. ¿Adivinan lo que hice? Le di la mano izquierda. Ella, un poco entre sorprendida y contrariada, insistió en darme la mano derecha, pero yo – tercamente dejé mi mano izquierda abierta. Ni ella cedió, ni yo cedí: fue un saludo de mano izquierda / derecha; medio contradictorio si se trataba del momento de dar la paz, verdad? Claro, ella no tenía por qué saber de mi filiación con el Escultismo (yo no estaba con uniforme, aunque sí con un polo que tenía la palabra Scouts… pero a la altura de la barriga, más o menos).
La Misa continuó sin novedad, aunque se había extendido bastante y yo ya tenía que haber salido para recoger a mi hijita…. Por eso, después de la comunión ya no regresé a mi sitio, sino que me paré bastante cerca de la puerta, como para salir un poco antes que los demás asistentes. Noté que la Guiadora hablaba con la persona que estaba a su lado, y ambas miraban un tanto desconcertadas hacia atrás, como buscando a alguien…. ¿sería a mí?
De pronto me vio. Entonces salió de su banca y vino. Sí. A saludarme.
– Feliz Día del Pensamiento – me susurró con cariño.
– Feliz Día del Pensamiento también para ti – contesté con una sonrisa.
– Me quedé pensando cuando insististe en darme la mano izquierda. ¿Eres Scout?
– Sí…. a decir verdad, fui Alita y también Guía. Ahora soy Scout…. pero es lo mismo.
Me invitó a pasar a una reunión esa noche en La Castellana (la sede Guía) pero me disculpé, ya que había de ir por mi hijita…. Nos despedimos. Sólo sé que se llama Bonnie y que en ese momento también lo sentí:
que Bonnie y yo somos de la misma sangre.
A todos ustedes les deseo Buena Caza para encontrar momentos y amigos como los míos, que también les inspiren a decir con convicción: Tú y yo somos de la misma sangre.