Y yo… ¿por qué soy Scout?

Bueno: si he puesto el pensamiento de Márcio (ver post anterior), es lógico que algo propio tengo que escribir, no?
Me pongo a pensar: ¿por qué soy Scout?

Hmmm…..

Definitivamente no es sólo por tradición familiar. Ha influenciado, sí, pero no es factor determinante. Sigo siendo Scout por decisión propia. Me gusta serlo, estoy orgullosa de serlo. Como leí por ahí: “Scout… and proud!”

Pero ¿por qué soy Scout?

A pesar de no estar activa en el movimiento – pues mi “media seisena” (tres hijos: 24 hrs. x 365 días al año) me lo dificulta por ahora – yo sigo siendo Scout.

¿Por qué?

Creo que es … porque amo la vida. Sí. Amo la vida y sé que sólo hay una oportunidad de vivir. Y como dice esa expresión “Carpe Diem”, hay que sacarle el jugo a la vida. Sería una lástima llegar al fin de mis días sin haber hecho nada interesante por los demás. (Al decir interesante, quiero decir: bueno.)

Amo la vida y quisiera que tanta gente la amara… especialmente la gente joven. Siempre me ha gustado relacionarme con niños y jóvenes, porque no tienen la cabeza tan dura como la tenemos los adultos. Además el idealismo todavía suele ser fuerte en la mayoría de aquéllos, mientras que el realismo de los adultos no dista mucho del pesimismo… un pesimismo que conduce a la simple resignación y aceptación de las cosas tal como están, y no mover un dedo por cambiarlas siquiera un poquito.

Al igual que lo que escribe Márcio: mucho de lo que soy es gracias a la formación recibida en los Scouts. Así que mi espíritu de liderazgo, mis ganas de justicia, de defender al débil, de trabajar responsablemente sin esperar recompensa, de servir a mi país desde cualquier condición que tenga (como estudiante, profesional o como madre de familia), el tener cabeza fría frente a situaciones inesperadas, la capacidad de organizarme y de organizar a otros, mi espíritu de tolerancia frente a otras razas, credos y condiciones sociales…. muchos de esos valores se los debo al Escultismo. ¿Cómo podría quedármelos yo solita y no compartirlos con las nuevas generaciones? ¡Sería la ingratitud más grande!

Soy Scout porque al amar la vida, amo el mundo en que vivo… y no me puedo quedar de brazos cruzados cuando ocurren cosas negativas a mi alrededor que sí puedo cambiar. Así que utilizo las herramientas que he recibido (de mi Creador y del Escultismo) y trato de poner mi granito de arena para mejorar las situaciones.

Soy Scout porque soy consciente de que tengo la responsabilidad de pasar la posta a los próximos adultos, los niños y jóvenes de hoy. ¿Qué le puede esperar al mundo si los chicos son cada vez más egoístas, indiferentes, hedonistas, ociosos, etc.? Soy consciente de que el trabajo absorbe tanto a los adultos, que éstos terminan descuidando la formación de sus hijos: creen que basta con mandarlos al colegio y dejan de prestarles real atención: no hablan con ellos, o – peor – no los escuchan. Y si tienen las posibilidades económicas, les regalan de todo… aunque la mayoría de veces son cosas superfluas, que a la larga no contribuyen a la formación de los chicos. ¿El resultado? Muy probablemente chicos vacíos. Tal vez “buenos” profesionales, pero nada más.

Soy Scout porque quiero dejar este mundo mejor que como lo recibí. No es un cliché del mensaje del Jefe, sino una realidad. Los que me conocen pueden dar fe de esto, comenzando por mi tarea de mamá y siguiendo con las diversas causas con las que me he comprometido.

Sí. Soy Scout, porque me importan los demás. Una vida para mí sola … sería absurda. A mi lado viven tantas personas, de todo tipo, y vale la pena comprometerse por ellas. Y es bueno saber que cuando yo no esté, habrá otros continuando la misión.

Por eso soy Scout: para pasar la posta a los que seguirán viviendo en este hermoso mundo.

(Así que al fin y al cabo, mi explicación no dista mucho de la de Márcio).

Nada más. Sólo te invito a preguntarte ¿por qué eres Scout?

Piénsalo, escríbelo (aunque sea como una lluvia de ideas) y reléelo. Muy probablemente terminarás aun más convencido para seguir siendo Scout.

Buena caza!!!