El otro día venía de hacer mi “shopping tour” en Gamarra City (antes de que nos atrapen las fiestas). Como soy medio paranoica, prefiero dejar mi auto en casa y tomar un taxi o un micro… según como esté el bolsillo. Esta vez me estaba regresando en un micro que avanzaba a 2.5 Kms/hora… en consecuencia, me quedé dormida.
Entonces me despertó un vozarrón de un hombre que sermoneaba a una mujer que iba sentada delante de mi sitio: “¡Qué barbaridad! ¿No está viendo que la señora está embarazada? Debe cederle el sitio! ¿Cómo puede quedarse sentada?!!!”. La persona interpelada iba sentada en el lugar reservado para embarazadas o adultos mayores, y parecía llevar un paquete en el asiento de al lado (porque no veía a nadie). Despabilándome del sueño me asomé a ver por encima de su respaldo… y descubrí que el paquete era una niñita de unos 3 años que roncaba en la silla.
El hombre – un gigante de más de cien kilos de peso (sin exagerar) – le seguía gritoneando a la mujer… ésta le contestaba que no tenía por qué arrimarse, si había pagado pasaje también por la niña. Mientras tanto, la famosa señora embarazada (razón de ser de esta discusión) ya se había sentado detrás de mi sitio. Bueno pues… asunto arreglado, no?
No pues! El hombre tenía ganas de seguir gritoneando…. así que como la pasajera “malcriada” no le hacía caso, se la agarró con el cobrador : “Oye cholo ! Cómo no haces respetar a la gente! Es tu trabajo pues! Qué te cuesta decirle a la señora que cargue a la niña! Cómo la dejan parada a la señora! No es posible! Somos peruanos o qué? Qué les pasa a todos? No es posible! No hay respeto a los derechos! ” (de rato en rato se dirigía a la embarazada: “Señora: usted haga respetar sus derechos!!!”)
Y así seguía su sermón…. pero como el cobrador también dejó de escucharle, se movió un poco más adentro del micro, y se dirigió a un flaco muchacho universitario: “Oye, ¿no te han enseñado modales? ¿no sabes que hay que ceder el asiento a mujeres embarazadas y a personas mayores? ¿Ah? ¿No sabes respetar a los mayores? ¿No te han enseñado?”.
Como el chico no contestaba, el hombre siguió:
“Te estoy hablando! No me respondes, no? Malcriado! No te han enseñado modales? Tienes que pararte cuando haya otra persona que necesite el asiento. Entiendes? Párate!”
El chico seguía callado, ni lo miraba.
“Párate!!!! Levántate!!! Levántate…. o te levanto !!!!”
Y ahí sí el chico le contestó (envalentonado): “Por qué me voy a levantar?”
Ay ay ay…. si hubiera sabido lo que vendría después, se habría mordido la lengua.
El hombre gordo sujetó la camiseta del chico a la altura del pecho, y con un solo movimiento rapidísimo lo levantó hasta el techo del micro (suerte que no lo estrelló!!!) y lo dejó parado a medio metro… y se sentó en su asiento!!! Y terminó diciéndole: “Si tus padres no te enseñan, yo te enseño: debes ceder el asiento a embarazadas y a personas mayores. No has visto que tengo canas? Ah?”. Y de ahí siguió sermoneándole…. Realmente no sé cómo aguantó el chico tanta palabrería. Creo que también el hombre gordo necesitaba aprender algo de buenos modales, ya que sus sermones de rato en rato iban sazonados con groserías.
Pero en el fondo tenía razón.
La gente está cada vez peor. Hay menos gestos de cortesía, de caballerosidad. Parece que los padres ya no enseñan esas cosas a sus hijos.
Pienso que los Scouts podemos y debemos marcar esa diferencia. ¿No tenemos acaso el 5to Artículo de nuestra Ley?
Ayer que estaba manejando se me ocurrió una idea… a ver qué les parece:
Yo conocía a alguien que trabajaba para la oficina scout de su país. Y como solía movilizarse a diversos lugares, por razones scouts, llevaba su pañoleta colgada del espejo del auto: no siempre llegaba con el uniforme completo, pero la pañoleta ya le daba el distintivo (de hecho, por su color, la gente sabía que venía de la oficina nacional).
Estaba pensando en algo similar: pero no para que otros scouts sepan que quien maneja también lo es…. sino al contrario: para que la gente común, no scout, nos identifique como tales. Y claro está: demostrar una excelente conducta al momento de manejar! Ajá! Esa es mi idea: ceder el paso a los peatones (especialmente si hay gente mayor, demostrar más paciencia), no querer ganar el cambio de semáforo (obstaculizando las intersecciones), no conducir como choferes de combi ni como taxistas, respetar las reglas de tránsito… Bueno. Eso debería ser siempre, con o sin pañoleta, pero sería estupendo demostrar a los demás que los Scouts somos diferentes y queremos hacer este mundo un poco mejor. Sólo podremos mejorar el mundo, si comenzamos a mejorar nosotros mismos.
Y una sugerencia adicional: cuando cedamos el paso, acompañar el gesto con una sonrisa. Creo que sería genial asociar la pañoleta con la sonrisa. ¿Qué les parece? Podría ser una buena forma de comenzar a celebrar el Centenario de los Scouts Peruanos.
La verdad q la idea no esta nada mal pero hay algunos lugares q no permiten q cuelgen cosas en espejo retrovisor pero se podria hacer un sticker q diga soy scout con la flor de liz
Uuuuh… cuántas veces he visto escenas parecidas, aunque ahora el toque diferente la dio este señor corpulento, ya que todas las veces que he viajado en micros y coasters siempre he visto el 99% de asientos ocupados por… VARONES! Y siempre se hacían los dormidos para no ceder asiento a nadie; sin embargo a los niños sí se les obliga a ceder el asiento muy a pesar que ellos también, y especialmente, necesitan viajar sentados (con excepción de menores de 8 años que pueden sentarse encima de las faldas de sus padres o apoderados). No hay caballerosidad ni cortesía. En su lugar, es la “caballería” la que se ha impuesto.
Por otro lado la actitud del hombre grandulón pudo haber sido bien intencionada pero mal planteada, ya que fue también prepotente al tratar de hacerse oír y llamar la atención; y por idiosincracia el peruano promedio no hace caso y peor, se ríe de gente como el grandulón que sí conoce de derechos… todo ello conllevó a la reacción violenta del tío al levantar al joven faltoso. Es parte del vicio y de la actual idiosincracia del peruano: Se deja pisotear sin chistar, y si alguien reclama sus derechos los demás se ríen de él/ella y lo/la tildan de loco/a
Y en cuanto a éso de tener un distintivo Scout, pues yo tengo mi osito de peluche uniformado (regalo de mi mejor amigo, que fue Scout) bien chuponeado en el parabrisas, delante del espejo retrovisor, y además me conseguí un sticker con la flor de lis BSA (resido en EEUU)… sólo me faltaría pagar por la placa con diseño Scout para comenzar a usarla.
Pero sí… hay mucho por hacer, y el cambio comienza por uno mismo. Justo encontré un video que lo comparto sobre esa mala costumbre de echarle toda la culpa a los gobiernos de nuestros propios males http://www.youtube.com/watch?v=oJIhNHIC95Q
Siempre Listos hermana y que tengas un buen día!
Ursula González H.
“Bagheera”
Pack & Troop 236 – North Miami Beach, FL