Anoche estuve en la “Kunstausstellung” (Exhibición de Arte) del colegio de mi hijo. Antes de abrir la exposición de trabajos, hubo varios grupos de chicos que se presentaron tocando música o bailando.
Uno de esos números fue una zamacueca (uno de nuestros tantos bailes típicos… que luego en Argentina, Chile y Bolivia derivó en Zamba y en Cueca). Y qué sorpresa ver entre todo el grupo de más de diez niñas… a un chiquillo ! El único ahí!
Daba la casualidad de que su mamá estaba de pie a mi lado… ¡estaba tan orgullosa! Y de verdad daba gusto. El chico no se amilanó ante todo el público que lo rodeaba – adultos y niños…. sobre todo niñas que lo señalaban y se morían de risa. El chico bailó como si hubiera sido el dueño de la pista, movió los hombros como loco, saltó de un lado al otro, iba cantando mientras que se movía y no perdía la sonrisa. Definitivamente fue la atracción del número musical.
Su mamá decía que él no tenía vergüenza de nada… que si había que dar un discurso, él se ofrecía… que si había que cantar en público, él lo hacía… ¡qué envidia! (de la sana, claro). Mi hijo es muy talentoso: toca piano bastante bien, le gusta cantar, antes bailaba algo de marinera… sin embargo le cuesta mucho lanzarse al ruedo por sí solo (alguien tiene que empujarlo). Bueno… a veces lo hace, pero no es que se muera por presentarse. Justamente ayer le hice el comentario: “lo que más me gustó de la noche, fue el chico que bailó… no tuvo vergüenza de estar ahí ante todos sus compañeros, ni hizo caso a quienes lo señalaban… eso es tener personalidad, hijo. Ese chico, ten por seguro, va a llegar muy lejos… ” (Aparte que siempre le digo: “Uno debe tener vergüenza sólo cuando va a hacer algo malo”).
¿Llegará el chico lejos? Creo que sí. Creo que probablemente se convertirá en un líder. Porque ¿qué lider tiene vergüenza de salir en público? Sería una contradicción, pues el líder es el que sale adelante del grupo, el que motiva al grupo con sus palabras, con sus acciones, con su actitud… el líder no tiene miedo al qué dirán.
Creo que a eso debemos apuntar en el Escultismo: a formar chicos y chicas con actitud de líderes, con mucha personalidad.