La paz… será posible?

Acabo de ver la transmisión en diferido de la Cumbre de Río… y tengo que confesar que el corazón se me movió en el momento crucial, cuando Uribe (el presidente de Colombia) se puso de pie para saludar a Correa (de Ecuador) luego de que éste diera por aceptadas – finalmente – las disculpas del colombiano, por la incursión en territorio ecuatoriano para bajarse al Nº 2 de las FARC. Este feliz momento de la reconciliación fue propiciado por Leonel Figueroa, el presidente anfitrión, quien invocó a los actores a darse un abrazo.

Para quienes no siguieron el lío, hubo muchísimas acusaciones después de este asunto, entre uno y otro gobierno; acusaciones que pasaron a los insultos, ataques personales, etc. Para colmo Correa empezó a buscar aliados para acusar a Colombia…. sus aliados fueron Hugo Chávez (guau! qué tal aliadazo!) y Ortega (de Nicaragua… que anda picado con Colombia por una disputa previa que tienen entre ellos).

Así que después de 6 horas de debate fuerte, sucedió este desenlace. Conmovedor, sí, porque era como lo que todos deseaban de corazón: fin del asunto. Quiero creer que así será…. pero no sé si podrá ser cierto. He visto la cara de Correa después del apretón de manos, he visto la sonrisa de Chávez y las cosas que se han dicho entre abrazos y medio risas con Uribe… mmm… Difícil una auténtica reconciliación así nomás entre personas que durante 6 horas y varios días se dijeron de todo. Y es el colmo que el destino de las naciones dependa – casi siempre – de los orgullos, rencores, amistades, conveniencias – de las personas que representan a dichas naciones, de sus presidentes.

Pero igual: quiero creer que habrá paz. Tal vez si ellos hubieran sido scouts, las probabilidades de una auténtica paz serían mayores. Nos toca a nosotros formar jóvenes con mentalidad más abierta, dispuestos a ponerse en el pellejo del otro para comprender su forma de pensar y actuar, antes de juzgarlo así nomás; y también dispuestos a solucionar los problemas dialogando, sin caer en la bajeza de los insultos o las calumnias.