Hoy quiero contarles sobre un amigo.
Comenzaba el año 1994 y me encontraba en Polincay, en el Moot de las Guías y Scouts de Chile, distribuyendo víveres a los rovers. Cada almacén (suena muy grande, en verdad era una cabaña) llevaba el nombre de un color; el nuestro era el “Almacén Amarillo”.
En vista de que las colas eran bastante largas (por más que trabajábamos eficientemente) se me ocurrió la idea de poner en práctica algunas “estrategias de marketing” para motivar a nuestros “clientes” a venir con gusto a recoger sus alimentos – sin quejarse del tiempo de espera. Así fue como pusimos música bailable…. o de rato en rato cantábamos “We all live in a yellow ALMACÍN, yellow ALMACÍN, yellow ALMACÍN”. También hicimos una promoción al estilo de los supermercados chilenos: de rato en rato hacíamos sonar la alarma de una linterna que teníamos ahí y quien estuviera entregando su ticket en ese momento recibía como premio una zanahoria extra, un choclo, un jugo, o lo que fuere. Así todos estaban pensando: “que me toque! que me toque!”. Otro día que llegué a trabajar con mi impermeable amarillo chorreando litros de la lluvia torrencial que caía, hubo varios que me dijeron que parecía un pollo mojado…. así que se me ocurrió hacer la nueva promoción: regalo extra para quienes vinieran vistiendo un impermeable amarillo. Por supuesto que varios desaparecieron de la cola para regresar vestidos como pollitos empapados.
En apenas un par de días el Almacén Amarillo se convirtió en “el almacén de su confianza”. Y ya que siempre venían los mismos chicos para recoger sus víveres, llegamos a aprendernos los nombres de muchos de ellos y los recibíamos con mucha calidez.
Así fue como conocí a uno de nuestros más entusiastas clientes. Era un joven flaquito, muy alegre, llamado Márcio. Era muy conversador y hablaba bastante bien el castellano. En esa época andaba con una chica, por lo que los bautizamos “los pololos Nº 1 ” del Moot. Después del evento intercambiamos direcciones y nos seguimos escribiendo de vez en cuando…. eran las épocas en que no existía el email y las cartas demoraban en llegar (quizá por eso la amistad fue consolidándose, ya que tomó su tiempo).
Pasaron los años y nos hemos vuelto a reencontrar con Márcio varias veces, inclusive en tres Jamborees Mundiales (Chile, UK y Suecia). Ya no es tan flaquito como hace 20 años, luce una barba rala, es un buen abogado (¡sí, existen!) y tiene un hogar muy feliz al lado de Fabiana y de Valentina y Martín, sus hijos – por supuesto, metidos en el movimiento.
Esas pocas veces que nos hemos reunido por unos minutos, hemos conversado del Escultismo… y he sido testigo de cómo Márcio ha evolucionado del flaco que iba a recoger sus víveres, al dirigente que es hoy. Da gusto escucharlo y saber que su filosofía es la de B-P: tiene muy presente que el Movimiento Scout es un juego para muchachos, dirigido por ellos mismos, y para el cual los adultos deben animarlos a realizar actividades saludables que los lleven a convertirse en buenos ciudadanos. (Si desean, pueden echar un vistazo a Mais um Escoteiro, blog que Márcio comenzó a escribir hace dos años; está en portugués, pero se entiende! Sus artículos reflejan el Scout que es).
Mientras que hay muchos chicos que olvidan su Promesa poco después de haberla hecho, mi amigo Márcio recuerda con precisión el día en que él la hizo, un hecho que lo marcó desde entonces para toda la vida. Y ya como adulto es consciente de que el mejor lugar para trabajar como dirigente es… precisamente al lado de los muchachos, ahí como Viejo Lobo, Jefe de Tropa, etc. Sin embargo se ha lanzado a una aventura más grande: la de trabajar por los Scouts de su región, Río Grande do Sul. Hace cierto tiempo comenzó a reunirse con un equipo de gente (me imagino tan capaz como él) y bajo el lema “El Escultismo que queremos” presentó un plan de acción hasta el 2015. Repito: un plan de acción, no una improvisación; es un ejemplo a seguir (aunque en verdad, la planificación y la ejecución de los planes con un permanente control de calidad y retroalimentación debería ser ya la práctica cotidiana en nuestras asociaciones).
Debido al buen trabajo, la Asamblea Regional realizada el 24 de marzo de este año ha colocado a Márcio Sequeira en la Presidencia de los Scouts de Río Grande do Sul. Desde este blog “Simplemente Scout” envío los mejores deseos a Márcio y su equipo. Conociéndolo, sé bien que no se le van a subir los humos, sino que va a trabajar seriamente para impulsar y fortalecer el Escultismo…. ¿cuál Escultismo? precisamente el que queremos: el que no se aparta de los fines esenciales ideados por B-P… el que piensa primero en los chicos, y no en los adultos; el que quiere dejar un mundo mejor.
Me quedo tranquila sabiendo que al menos hay dos buenos garantes de que Márcio va a hacer las cosas bien: él querrá dejar un mejor Escultismo a Valentina y Martín.
¡Buena Caza, amigo!